jueves, 12 de noviembre de 2009

Si Cervantes levantara la cabeza...

Todavía recuerdo con gran tristeza el disgusto tan grande que me agarré de pequeña cuando, tras un par de exitosos años de habla independiente, me enteré que la palabra "canasta" no se decía "ganasta" como yo creía. Ridiculizada por las risotadas de mis hermanos mayores recibí mi primera cura de humildad, y a partir de entonces he ido descubriendo palabras o letras de canciones que siempre me he creído que eran de una forma, y resulta que no tienen nada que ver. Es decir, que no lo sé todo.


Esta obviedad a lo mejor a estas alturas de curso no nos dice nada, nos ha jodío mayo con las flores. Pero cuando eres un pequeño ser resabidillo y cantas "juntos, tan separados" en lugar de "juntos, café para dos" (... "fumando un cigarrillo a medias...") de Paloma San Basilio (sí, peino cuasi canas) es un shock descubrir que siempre hay alguien que sabe más que tú.

Porque otro tema es la dificultad de ciertos niños con ciertas letras para pronunciar palabras. Por ejemplo yo tenía una falda "ezcopeza" en lugar de "escocesa". Ahí no tengo nada que añadir. Luego aprendí a pronunciar correctamente la letra "ese", lo cual me facilitó bastante la comunicación con los demás, entre ellos mis muñecos. Problema de cuerdas vocales a medio madurar.
El aprendizaje de los niños es un tema que da para otro post aparte. Mi sobrino está aprendiendo a hablar. Ve un libro y dice: "lolo". Tú le miras muy seria y le vocalizas mirándole a los ojos como si fuese guiri: "LI-BRO". Él, atento, pestañea, e igual de concentrado te contesta como si no le hubieses escuchado bien: "LO-LO". "LI-BRO". "LO-LO". Y así te puedes tirar toda la tarde.
Pero esa confusión típica de palabras aún me sigue pasando hoy en día. Todavía canto estribillos de canciones en las que hay una parte en la que realmente no entiendo lo que dicen, pero me lo invento. Como un loro. Escuchar, repetir. Aunque no tenga sentido. Sin miedo. La mítica canción (que no todos conoceréis) de Siniestro Total "Camino de la cama" empieza con un lógico:

"En memoria de Morfeo
tengo a media asta el párpado
es la hora de la siesta (...)"

Y yo siempre he cantado " en memoria de Morfeo tengo a medias hasta el párpado". No sé, nunca me lo había planteado hasta que un día, sin más, descubres lo que realmente te quiere decir el cantante. Él, con tanto esfuerzo componiendo canciones, y yo, dilapidando su talento cantando lo que me viene en gana.


Aunque lo realmente bochornoso del tema es cuando alguien se pispa. Qué vergüenza... Tú, adulto de estudios superiores, que se te presupone cierta cultura general, y:
1- escuchando Paloma San Basilio

2- sabiéndote sus letras
3- y lo que es más grave, ¡¡cantándolas mal!!


Hay situaciones en cambio que me encantan. Palabras de esas populares, de las que no están en la RAE, y hay gente -con un par- que te las discute. Por ejemplo, la palabra "pelandusca" para mí toda la vida ha sido "pelandRusca", y cuando alguien me oye pronunciándola así:

- Ja ja ja, ¿cómo que pelandrusca? ¡¡Es pe-lan-dus-ca!!
- ¿Ah sí? ¿Qué eres, el sillón Ñ minúscula de la RAE?


Son palabras populares que del uso común se han ido adaptando a nuestro lenguaje. Son palabras de todos, hechas entre todos, y transmitidas entre todos. Digamos... democráticas. Y cada uno las puede decir como quiera. Chimichurri o chumichurri, armatoste o armatroste, malafollá o malfollá... y otras tantas perlas lingüísticas.


Lo que trato de demostrar en este humilde post, es que el lenguaje está vivo, que es de todos (como Hacienda) y hay que hablarlo, sin miedo a equivocarnos. ¿Qué sería de Chiquito de la Calzada si hablara un perfecto castellano?



Os dejo meditando en este nuevo y apasionante tema, antes de que cometa un lapsus linguae, que si Don Cervantes levantara la cabeza...





Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...