lunes, 9 de marzo de 2009

Como corderitos...

Reflexionaba el otro día con unos amigos sobre el increíble poder de los medios de comunicación. Da miedo. Te machacan cada día con las mismas noticias, y de pronto, sin avisar, dejan de ponerlas por haber sucedido nuevos acontecimientos.

¿Qué pasa entonces con las noticias que te tienen en vilo?

Que tu cerebro de pronto hace "click" cambia el chip, y se olvida de ellas para siempre. Desterradas de la materia gris.


Un terrible huracán arrasa las costas caribeñas o asiáticas y el mundo entero se vuelca, se crean mil cuentas para donantes caritativos, programas especiales con afán recaudatorio, envíos de aviones repletos de ayuda humanitaria... y en una semana no vuelves a saber nada de ese territorio, y lo peor, es que tú mismo te olvidas.


Esa sensación a mí me angustia, me siento totalmente dominada, controlada, vulnerable... Y es que estamos totalmente en manos de los medios de comunicación.

Otra vertiente que me preocupa es que durante una temporada ocurre un suceso del tipo "menor muerto o herido gravemente por un perro de presa" y se muere uno a la semana. Programas especiales, concienciación sobre ese tipo de animales y su peligrosidad potencial... Desde hace un par de años que no sé de ningún caso.



¿No ha pasado nada porque todos ocurren al tiempo por una alineación planetaria que enloquece a los canes? ¿O más bien no se cuentan porque el interés informativo del momento vira hacia otros lares? Por no hablaros de los terribles a la vez que incomprensibles accidentes de coches atrapados repentinamente en pasos a nivel con trágicas consecuencias... hace tiempo que no hay ninguno, pero de pronto hay cinco en un mes... ¿es posible que coincidan en verano cuando la mitad de los periodistas del país están de vacaciones y no tienen cómo rellenar los delgados periódicos estivales?

No sé si tiene mucho que ver, pero este tipo de reflexión me lleva a pensar la vulnerabilidad del ser humano. Y me hace pensar también en todas esas técnicas de marketing que me divierten a horrores que se supone dominan nuestros cerebros y nos hacen comprar cosas que sin tales técnicas no compraríamos del tipo: "los carros de los supermercados siempre tienden a ir hacia la derecha porque es donde se colocan estratégicamente los productos más caros" y ahí vas tú cual zombie a llenar el carro de latas de caviar iraní.
O "en las tiendas de moda juvenil ponen la música cañera y a tope para que te animes a comprar, y además rapidito" y te ves en la cola, teniendo el resto de la tarde libre, y empujando para pagar cuanto antes esas cuatro faldas (y venías a por una camiseta blanca de algodón...)



Desde luego, yo estoy segura que soy carne de cañón, porque no hago más que salir a ver qué se cuece por la nueva temporada, de manera inocente como un corderito, y no hacen más que manipularme con sus carros torcidos, su música infernal y sabe Dios qué inventos más que nunca sabré, y vuelvo a casa con tres prendas de ropa más, cinco tipos de galletas distintas del supermercado y unas latas de caviar iraní que ha tenido que adelantarme mi visa debido a mi incapacidad para afrontar el pago de las mismas...



En fin, que no se puede estar a todo. La capacidad cerebral no da para más.
No obstante, de pronto hay un día en que te preguntas ¿qué ha sido de aquel señor en coma? ¿qué será del barrio del Carmel? ¿cómo va la investigación de Madeleine? y eso por no remontarme mucho más... ¿cómo irá la reconstrucción de Nueva Orleáns...?
¿Me he comprado los pantalones azules porque he entrado en la tienda en el momento en que subían el volumen de la canción...?


Los caminos de los medios de comunicación son inexcrutables...



Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...



lunes, 2 de marzo de 2009

Things to do before you die


Qué presión... llevo unos cuantos días sin actualizar el blog y lo peor es que es por falta de ideas. Os podría decir que estos días no paro, y que no tengo tiempo para nada... pero mentiría como una bellaca.


El mal tiempo me mata. ¿A vosotr@s no os afecta? A mí me entra una modorra mental... Hace dos días me encontré el teléfono inalámbrico de mi casa dentro de la nevera, ¡helado! y por mi mente ni siquiera visualicé el momento en que pasé por la cocina. Alzheimer? Gagá? Chochera? Despistada no he sido nunca, con lo que algo me inquieta no os voy a engañar...

Leyendo por aquí y por allá me he acordado de la mítica lista de things to do before you die y he llegado a dos conclusiones muy tristes:


1- que sólo he cumplido dos things

2- que sólo se me ocurre otra más




Yo creo que es el tiempo, que tiene mi espíritu más seco que una uva pasa. A mi imaginación le quedan horas... al lío!

Los dos hechos (o things) ya vividos son de lo más sencillo:


volar en avioneta: me encanta volar, me fascina el mundo aeronáutico, y volar en avioneta me intrigaba especialmente debido a la altitud a la que se vuela, cómo se disfruta el paisaje... experiencia diez.

ir a un partido de la NBA. Tampoco es que fuesen los Lakers contra los Chicago Bulls, pero ahí en mi sitio privilegiado (segunda fila), me lo pasé bomba viendo a los Sonics de Seattle contra los Kings de California. ¡Cómo se lo montan estos yankies! Con sus cheerleaders, su gordo que ha tenido que pagar dos entradas porque no lo cabe el culo en un solo asiento, la mascota del equipo dando la coña entre el público (sudando a chorros debajo del enooooorme disfraz de cacatúa), sus super-apetizers de nachos con guacamole y queso y cosas como para alimentar a una familia media española durante tres días...


Eso me lleva a pensar que la otra cosa que tengo que hacer antes de morir es ir a Paris en junio a ver una final de Roland Garros. Desde que era un moco andante he visto una tras otra, emocionándome, corriendo, gritando, llorando, sufriendo... que digo que ya es hora de ir. Claro que... no sé cuándo. Ni cómo. ¿Alguien sabe cómo se consiguen las entradas? Lo suyo sería ver a Rafa, claro, fenómeno igual no lo verán mis ojos...



Y eso es todo. Así que:
a) voy a tener una vida muy corta,
b) ya se me irán ocurriendo nuevos retos que cumplir.
A veces pienso: "me encantaría tener un vestido de alta costura", pero al margen del pequeño detalle de que no tengo cómo pagarlo, razono: "y no quedaría un poco raro aparecer en el botellón enfundada en un vestido de Lacroix imposible de entender?" Entonces me planteo cambiar de vida social, pero eso es ya más complicado y fatigoso...



O me planteo un: voy a conseguir el 90-60-90. Pero luego la operación bikini se me mezcla con la operación polvorón, y luego nunca sé dónde acaba una y dónde empieza la otra...


Otro de mis retos/delirios es grabar un disco, pero no me digáis porqué pero no encuentro mecenas que me patrocine... (ni me sé una sola nota, pero no molaría subirse a un escenario y ver cómo la gente corea todo lo que dices?)


Otro asunto del tipo disco, es escribir un libro. Pero debido a mi más absoluta falta de imaginación no sé ni por dónde empezar. ¿Hay alguien con una vida muy muy interesante como para que yo la escriba? Pues que me la mande resumida por mail, y a ver qué puedo hacer...


Pero éstos últimos son más de la variante tipo sueño-como-cuando-me-toca-la-lotería.

He hecho los deberes y me he documentado. He hecho un resumen de las cosas más típicas de la famosa lista que he encontrado por internet, y a continuación adjunto mis opiniones al respecto:

- saltar en paracaídas/hacer puenting: antes muerta. No digo que no libere adrenalina ni que luego te debes de sentir muy bien... pero tengo alma de secuestrador como para liberar nada, y también me siento la mar de bien después de un baño de espuma;

- volar en globo: prefiero mi avioneta;

- escalar una montaña: siempre que esté nevada y me suba un maravilloso telesilla desembragable;

- visitar todos los continentes: viajar en general es más un hobbie que un sueño, siempre que puedo lo hago, pero no tengo un destino preferido pre-mortuorio, cualquiera me vale;

- aprender a tocar un instrumento: cuando en segundo curso de Solfeo en el Conservatorio solicité el acceso a primer curso de Piano para ser una alumna aplicadísima y compaginar ambos estudios, me concedieron trompeta. Fin de mis aspiraciones musicales; (el mundo perdió un gran músico, saqué sobresaliente en 1º...)

- comprarte algo que en realidad no necesitas: ¿es una broma? Lo hago a diario!!!

En fin, siento ser tan escueta, pero ya os digo. Mi imaginación está a punto de morir... tengo que darme prisa para conseguir esas malditas entradas...





Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...