domingo, 21 de diciembre de 2008

De Jesulín, Elvis, Hombres G, Beatles, y demás reflexiones

Dándole vueltas al coco, que es el deporte que más practico últimamente, se me ha dado por seguir pensando en el fenómeno "fan".

El otro día mientras degustaba un exquisito y helado Lambrusco, veía en la tele cómo las típicas fans se agolpaban en la puerta del típico hotel donde duermen los típicos futbolistas (esos que se peinan y que fingen mucho dolor en el terreno de juego...).


Analizaba mientras las burbujas empeoraban mi ya maltrecha garganta rebosante de mucosidades (perdón por ser tan explícita) el histerismo que desata la presencia de tales típicos-jugadores entre las -en general- adolescentes pre-pubertas.



Entonces me tuve que servir un ron para seguir meditando y me dí cuenta de que esos síntomas se presentan única y exclusivamente en las mujeres.


¿Por qué chillamos y lloramos?


Puedes encontrar hombres, que piden un autógrafo, vociferan animando/insultando a su equipo, pero no chillan lloriqueando cual lactante si Casillas (por ejemplo) no les firma un maldito autógrafo.


Y me remonté a la historia, y a mi cabeza vinieron imágenes de los míticos Beatles bajándose del avión ante una sobreexcitada muchedumbre femenina, los Hombres G en su día con el entonces descocado "Suéltate el pelo oh oh oh", los movimientos de cadera de Elvis, que eran coreados por centenares de féminas, e incluso Jesulín y su corrida "Va por ellas" recogiendo sostenes repartidos por todo el albero... Siempre mujeres perdiendo papeles.



¿Por qué, si en teoría las mujeres somos más cabales y moderadas (conduciendo, viendo el fútbol...) perdemos los papeles hasta el extremo más insospechado?
¿Qué pretende conseguir una fan chillando y llorando?
¿De verdad se cree que si el famoso al que idolatra la ve así se va a enamorar de ella y le van a entrar unas irrefrenables ganas de invitarla a cenar con diamantes de postre y noche lujuriosa con champagne y fresas?


Me encantaría responder, pero nunca he tenido la suerte de encontrarme de bruces con Viggo, ni con Rafa Nadal... a lo mejor también chillaría, aunque a mi edad, sería ya tema a tratar con profesionales...
(si alguien tiene su teléfono, me ofrezco como conejillo de indias para estudiar reacciones humanas...)



Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...

martes, 16 de diciembre de 2008

Shopping forever



En estos consumistas días pre-Navideños me invade una sensación totalmente contradictoria. Llevo varios días de intensas compras totalmente ególatras. De Reyes me estoy regalando un nuevo fondo de armario (no os hagáis ilusiones, hablamos de saldillo, zaruchi, H&M, básicamente), y como buena materialista (que no necesariamente tiene nada de bueno...) la tarea me está llevando más de lo inicialmente diseñado.



Llevo unas cuatro o cinco tarde de compras, y unos días salgo con hambre voraz digna del mejor depredador y me llevo media tienda con la pobre tarjeta echando humo, y otras, por no hacer cola (que apenas hay, por cierto) o ir a los probadores, o acercarme a la caja, paso de largo por todas las prendas auto-convenciéndome de que no necesito nada.




Que no necesite nada es un hecho evidente. "Necesitar" muda su sentido en cuanto a compras ropiles y complementiles se refiere.



Lo comparo un poco con la comida. Unos días te meriendas hasta un poco de perejil que queda en el fondo de la nevera, y otros con un yogurt tiras hasta el día siguiente, o por pereza o por falta de apetito (lo segundo es más extraño que me pase, ah! no! me acuerdo un día que me pasó...)
(tenía fiebre...)


En los días de intenso shopping otra cosa que sucede es que se genera una actividad paralela más común en las mujeres, y que es igual de entretenida (o más) que el shopping en sí:
el devolver (o descambiar como dicen por aquí) todo o parte de lo comprado.
Esa actividad comporta que el presupuesto que se tiene para el shopping conste de un fijo + un circulante. Más o menos tal y como nos lo muestra el gráfico.
El fijo: va directo a tu armario y empieza a generarte la felicidad descrita dos post más atrás.

El circulante: es un dinero que se va transformando en el tiempo, no acaba de estar ni en la cartera ni en ninguna prenda, que es probablemente el dinero mejor invertido de todos. Es lo que nos da la vidilla, por lo menos a mí. Es un dinero que dura toda la vida, el mío empezó hace años, y ahí está, tranformándose sin parar en bolsos, absurdas camisetas, foulares innecesarios, pantalones demasiado atrevidos, que pasan por casa, y se van. Así me generan otro tipo de felicidad; cuando veo la prenda en la calle, o en una amiga, pienso "jaja, yo lo he tenido" lo siento en parte mío. Y no sólo eso, sino que lo he tenido y además lo he rechazado, así que es como si fuese superior, por encima del bien y del mal. Casi como si lo hubiese descubierto. O diseñado.


A veces sin embargo (siempre que hay una cara, hay una cruz) te vas de compras, te gastas una pasta, llegas a casa y te frustras porque todas las bolsas están rellenas de: ropa interior básica (cero felicidad), esa camiseta blanca insulsa que no da para más y hay que renovar, una chaqueta de punto "vulgaris" que necesitas para acompañar a prendas de categoría superior... Aunque menos agradecidas, también son necesarias (volvemos al extraño concepto de necesidad). Pobrecitas, supongo que todas las prendas tienen vocación de ser el vestido it, y algunas acaban siendo una camiseta blanca de algodón que acaba en Lefties, tres temporadas más tarde...





Así que a ver cuándo acabo con el circulante, que me quiero reservar una parte para las rebajas, ya veréis como me lo acabo de gastar en las rebajas de junio'09...









Hasta pronto mis pequeñ@s drugos.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Spain is diferent.

En Galicia:


-Hola buenas, ¿venden tabaco?
- ... y, ¿qué tabaco querías? ¿Rubio o negro?
- Rubio
- ¿Y cuál quería?
- Chester
-Ay, no, ese no me queda.
- Pues, Marlboro
-Ay, no, ese tampoco me queda
-Pueeeeeees, Lucky
-Ay, tampoco me queda
-Pues mire, ¿qué tabaco le queda?
-Ay, no, es que rubio no tenemos.

(¿entonces qué me está haciendo, una encuesta?)



-Buenas noches, venimos a por el Arroz con Bogavante que tan famoso les hizo el verano pasado.
-Ay, es que ya no lo hacemos.
-Anda!! Qué pena!! Pero si tenía fama de ser el mejor de la zona...
-Ya, ¡¡pero es que venía todo el mundo!!

(lo que denota la gran ambición gallega, como venía todo el mundo pues menudo coñazo trabajar tanto...)



Unidad de medida según un carpintero:
"Para eso vamos a necesitar..... poco más de metro escaso".

(¿¿¿???) (es decir, si a "casi" un metro le añadimos un poco... nos da exactamente un metro).






En Andalucía:
Una mujer entra en un establecimiento en donde trabajan unas cuantas mujeres, y, al entrar, ve que no está ninguna. Le pregunta a un compañero:

- Quillo, ¿donde z'han metío las mujeres?
- Las tres mujeres con t'ol chocho gordo z'han ío a dezayunar.

(sin palabras: chocho gordo? con todo el chocho gordo???????????)


(¿¿¿¿gordo????)







En Londres (a mi amiga):

-Hey, how are you?
-Guay!
-Why? I don't know why...




En Madrid:

Mi amiga se va a Londres. Le preguntan por su nivel de inglés.

-Y el inglés, qué? Nivel de COU?
- Sí, nivel Coke, Diet Coke...

(vamos, que para pedir una coca-cola va sobrada de nivel...)





Por cualquier punto de España:

Haciendo turismo en un pueblo, pregunto por la Iglesia. Un oriundo muy dispuesto me explica:

-Va usted todo recto, y donde ve una cabina, que ya no está, gire a la derecha.

(¿está el fantasma de la cabina? ¿en qué punto de la calle intuyo que hubo una cabina? Menudo acontecimiento debió ser el día que la quitaron, me imagino a todo el pueblo viendo a los operarios desde la plaza, sentados en los bancos de piedra...)










Juro la vericidad de los hechos arriba descritos vividos en primera persona, o in situ. No hay cosa que más gracia me haga que el anecdotario que refleje el carácter patrio. Así que si tenéis alguna batalla de esas que no os podéis callar, por favor, relatádmela que preparo los kleenex para enjuagar mis lagrimillas.

Definitivamente, Spain is diferent...










Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...



miércoles, 10 de diciembre de 2008

En busca del Santo Grial

Me llena de orgullo y satisfacción... comprarme algo nuevo.



¿Qué tipo de enigmáticos encantos secretos esconde una prenda nueva, que me produce tales niveles de felicidad?

Es sólo cortar la etiqueta ya en casa (una vez re-convencida de la prenda "elegida"), y segrego endorfinas. ¿Es normal Doctor?



Desde finales de agosto, principios de septiembre, estoy buscando una chaqueta en concreto con unas características muy concretas. Y hace una semana... la encontré!!! Por supuesto gracias a H&M. He tardado dos meses y la tengo en mi armario. Si no se arrugase la metería en mi cama para dormir con ella puesta. La sentaría a comer mis mejores platos.


A veces me siento Indiana Jones en búsqueda del Santo Grial.


El problema es que como prototipo típico-inconformista de mujer que soy, en cuanto lo consigo pierde parte de la gracia (aunque siempre queda el poso de la satisfacción absoluta que brinda la posesión), con lo cual, en cuanto ya he conseguido la "chaqueta" de turno, en breve el Santo Grial chaquetil se tornará en faldaril, bolsil, cazadoril... y otras taaaantas y taaaaantas prendas deseadas.





El sábado fui a cenar por ahí, y me la puse. ¿Sabéis qué emoción al salir por la puerta? Estaba a tope. Porque yo lo valgo.
Lo más gracioso de todo es que si alguien te dice
"Me gusta tu chaqueta" (¿que te gusta? ¡Deberías besarla!)
Yo disimulo, "ah, sí, gracias", como si nada, haciéndome la elegante como si hubiera nacido con ella puesta. ¡Con todo lo que se suda a veces para conseguir Santos Griales!
Al llegar a casa, la colgué en su percha, la miré, la acaricié, la pedí perdón por haberla llevado a locales llenos de humo, le dí las buenas noches, un besito, me perdonó, y volví a darme cuenta de lo feliz que estaba con mi pequeña prenda. Mi pequeño capricho. Mi tesoro...




¿Mi vida está vacía, o en general también os pasa a vosotr@s? Porque a veces me da miedo el grado de frivolidad al que puedo llegar, como en este caso.
¿Me está realmente dando la felicidad una simple chaqueta, o qué demonios es lo que me hace tan feliz? ¿Qué simboliza la chaqueta que no logran averigüar mis cortas entendederas?





Hasta pronto mis pequeñ@s drugos.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Los domingos por la tarde... Fútbol.


Atónita, me encuentro viendo el telediario en este domingo-sábado (por eso de que mañana es festivo) la sección de los deportes.

Nos cuenta el petulante comentarista que ayer tarde, se celebró la Asamble General Ordinaria del Real Madrid, y que se se lió parda.


Una serie de señores encorbatados con una pinta estupenda (de los que toman el té con una nube de leche) van perdiendo los papeles progresivamente hasta que socios del fondo, o invitados, o colados, o véte tú a saber quién, empiezan a gritar y jalear improperios e insultos.

La tensión crece terriblemente, el Presidente apenas se hace escuchar entre la multitud increpante, y parece que se acaba el mundo.



Y todo, ¿por qué? Yo os lo digo. Todo el follón es porque el Madrid (Real) no está cumpliendo deportivamente. Vamos, que no gana un partido. No goles. Rosco. Niente.



Cosa que así de primeras, choca un poco. Parece la reunión más importante de la CEOE, y resulta que están todos así de cabreados al fin y al cabo por una panda de niñatos que se pasan el día peinándose.

No quiero ofender, y no me refiero a ningún niñato en concreto. Los futbolistas son chavales jóvenes, a veces jovencísimos, normalmente sin ningún tipo de estudio, que se dedica a hacer de su hobby su profesión. Últimamente además son de lo más "fashion" (entiéndase hortera), y cada uno con un peinado más imposible.




Y entiendo que es un negocio que mueve mucho más dinero del que yo pueda imaginar, pero como negocio, no deja de ser chocante. Una cosa que está diseñada para entretener los domingos en los bares, se convierte en el asunto más serio de la reunión más multitudinaria formada por los señores más elegantes y circunspectos que actúan como si tuviesen que decidir si fusionar Repsol e Inditex.





¿No es un negocio un poco contradictorio?
Ni que mencionar tiene los desorbitados sueldos que cobran los jugadores, acordes desde luego con el dinero que generan, pero en absoluto con la función desempeñada.
Además, la responsabilidad del trabajo mal hecho se divide siempre entre unos veinte, que son los que deben integrar las plantillas de los equipos grandes (hablo sin saber, perdón a los expertos...) Si un tenista pierde un partido, lo pierde él, lo gana él... pero un futbolista??







En fin, me ha dado que pensar el lamentable espectáculo ofrecido por todos esos caballeros (hasta que empezaron a insultarse) que parecía una cumbre de la ONU, y darme cuenta que al final toda la preocupación es un balón, una pelota con la que juegan los niños pequeños, con un mecanismo de uso más simple que la estructura molecular de una ameba.





Así está el mundo.





Ah! Y no os dejéis engañar, en ningún momento he dicho que no me guste el fútbol...






Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...







sábado, 6 de diciembre de 2008

Voyage, voyage...

Ahora que estamos empezando el puente (puentecillo...) y tenemos encima las Navidades me estoy acordando de una sensación que siempre me invade:

la emoción de viajar.


Ya sea en coche o en avión. Me encanta. Siempre supone un cambio de planes, desconectar, ver a otras personas, salir, entrar...


El ritual empieza en casa, donde preparo cuidadosamente el equipaje. Me encanta pensar en los modelitos que me pondré, en los que me podría poner por si surge algún plan inesperado, las reprimendas por el volumen en metros cúbicos de mi/s maleta/s... Zapato plano, algún tacón, botas negras y marrones... por si acaso!

¡¿Has recogido el dinero que encargamos en el Banco?!
¡Sííííííí!
Y tú atesorando todos esos billetes y monedas que no controlas del todo, que representan lo bien que te lo vas a pasar...


Luego el comienzo del viaje. Si es en avión el protocolo a seguir, arcos de seguridad, buscar la puerta de embarque, esperar ojeando revistas, dando un paseillo y comprando alguna chorradilla... Me encanta sentarme a mirar a los demás viajeros que hay por el aeropuerto; hombres de negocios, familias con niños, abuelitos desorientados... Me pongo a imaginar sus destinos y sus origenes...



El momento en el que el avión entra en la pista de despegue, acelera, y tu cuerpo inexorablemente se aplasta contra el respaldo del asiento... no lo cambio por nada. Segrego adrenalina. Me encanta.




Si es en coche, acomodarse del todo, ver el tiempo que hace, empezar a seleccionar música que escuchar...




Al llegar al destino, ¡cómo será el hotel! Siempre es o mejor, o peor de lo que me esperaba.
¡Sorpresaaaaaaaaaa!




Y otra de las cosas que más me impacta es: ¿no es increíble lo que cunde un día de turisteo?
Siempre me entra la amargura al pensar los cientos de días que he tirado a la basura por no hacer nada...
En un día de turista entras, sales, subes, bajas, desayunas en un sitio, comes en otro, y cenas en un tercero, te has visto media ciudad, tres museos y te has comprado un par de cosas, has hecho 100 fotos, te has tomado un helado, un par de copas, has hablado con un par de oriundos, has cogido dos veces el metro y una el autobús y te has dormido una siesta en el hotel.
Y un martes cualquiera de un mes de febrero cualquiera... te has levantado y te has acostado.





Muchos de vosotros lo estaréis viviendo en este momento en que yo estoy en mi sofá como un día cualquiera, de un mes cualquiera... así que disfrutadlo por gente como yo que no estamos haciendo nada especial, más que vaguear... que no es poco placer....
(vaaaale, en mi sofá no hace tanto sol... pero soñar es gratis ¿no? Otra vez me tocará a mí...)








Hasta pronto mis pequeñ@s drugos...



jueves, 4 de diciembre de 2008

Nominaciones

Está bien. Estoy nominada y recojo el guante. No voy a ser yo la que haga el feo y rompa la cadena. I'll show my infits.



"Los nominados deberemos poner en nuestro blog una foto de al menos CINCO útiles que definan nuestro estilo o personalidad. Queda descartada la ropa interior, salvo la explícitamente erótica, claro está. Tampoco podrán ponerse complementos demasiado evidentes: bolsos, zapatos, collares o cinturones. Tampoco valen los materiales fungibles: pañuelos de papel, toallitas, preservativos o similares. Cada uno de los encadenados deberá encadenar a un mínimo de CINCO blogs y siempre hará referencia a un servidor y su blog como ideólogo de esta".



Ideólogo de la cadena y su blog > Pakithor "Elegancia Perdida"


He sido nominada y encadenada por> Paula R. de ATTITUDE AT ROME y por Ranzuqui de la cachette de la petite chatte



Allá va.




1º la pantera rosa, que no entiendo cómo no tiene ya denominación de origen, como el jamón de jabugo o el ribera del duero. El mejor regalo que puedo recibir.









2º salir a cenar con mis amig@s. Lo mejor. (sobre todo con vosotras...)








3º me encanta la decoración, los muebles, arquitectura de interiores... y ésta es la mejor revista. Siempre hay una rulando por casa.







4º para qué ser repetitiva... también simboliza la lectura y el cine, otra de mis aficiones (especialmente la primera)






5º y mi pequeña, mi auténtica vocación.






Ahora me toca nominar, que es mucho más divertido y fácil que elegir objetos:














Al final no ha sido tan difícil, claro que tampoco me he mojado mucho...





Hasta pronto mis pequeñ@s drugos.